17 de diciembre de 2008

Muerto agradecido

José Antonio me hablaba de ellos continuamente, pero yo los rechazaba por blandos. Tengo que contártelo a ti, o a tu fantasma, porque ahora no tengo nadie a quien contárselo. El otro día los volví a escuchar en el coche, no recuerdo bien dónde iba, y si tuviera ahora a José Antonio delante le reconocería, por enésima vez, su buen gusto en música, y le estaría tan agradecido, como ese muerto de la historia, por haberme hecho tanto bien. Además, en tu risa, en tus gestos, encontré tantas veces los suyos, como si hubieses venido a cumplir mi destino… Otro más de tus embrujos.

Necesitaba contárselo a alguien, pero no tengo a quién, y estando tú ahí, silenciosa como la noche…