14 de noviembre de 2008

Escribir en silencio

Luna. Bosque. Noche. El mar de enero, la brisa fría y salada se vino entonces, tras encontrarte, prendida en mis ropas con tu olor. Hoy el bosque se hundió en el mar, y el mar en el recuerdo que no tiene carne, y la luna brilla azul, fría, salada. Escribir me salva, aunque no quiero salvarme tanto, y por eso te escribo en silencio, te escribo el silencio, te digo callado, sin distraerte, acariciándote sin tocarte. Porque hoy no creo en nada, sólo en el movimiento que consiste en un paso detrás de otro paso detrás de otro paso detrás… Te escribo como si no escribiera.