2 de febrero de 2009

La luz oscura de tu pecho

Hubieras sido la oscuridad del teatro, la intimidad del silencio tras el vendaval de la música, pero fuiste el roce imaginado, la supuesta sonrisa tierna que se mira y sobrentiende, otra vez la justa compañía imaginada. Todo aquel sonido que recalaba en mi descarnada paciencia, y que me alzaba sobre mis zapatos y los misterios, hubiera sido luz oscura de tu pecho, la señal de lo incomprensible, la suerte de mi miseria; pero sólo fue una maravilla, un adorable sueño sin ti.