Entre Vos y yo no existe el pasado. Lo vivido lo llevamos pegado a nuestra piel, vistiéndonos de lo que somos. Los suspiros, las sonrisas, las lágrimas y los gemidos se adaptan a nuestra respiración como el crepúsculo al horizonte, como mis manos a vuestro cuerpo. Nada queda atrás porque todo está aquí, aquí bullendo en el movimiento de mi corazón, o en la danza de mis dedos mientras escriben. Me hicisteis crecer hasta el amor, fuisteis asombro para siempre, y por eso sois, sois sin descanso una luz que me acompaña en las dichas y los desconsuelos, en los delirios y las amarguras, y nada importan los silencios, nada los viajes que hagamos alejando vuestros labios de los míos, nada el mundo ante la certeza de vuestros ojos...
13 de abril de 2009
La certeza de vuestros ojos
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